La mejor fiesta de cumpleaños

Organicé una fiesta de cumpleaños para mi mamá, superó mis expectativas y presupuesto, fue tan genial que merece un blog para recopilar cada hito de ese día. Te voy a contar un poco como fue la organización y me voy a explayar en las hermosas coincidencias que ocurrieron ese día.
La idea surgió dos semanas antes cuando fui a la reunión anual de la familia del esposo de mi prima, son como 7 hermanos y más de 20 sobrinos entonces cuando se reúnen lo hacen a lo grande, alquilaron una casa con parque a las afueras de la ciudad, hubo concurso de la llajua más picante, show de talentos y cada familia llevó comida para compartir. En la noche junto con mi hermana tuvimos la idea de replicarlo para el cumpleaños de nuestra mamá, una fiesta con 0 alcohol entonces si no iban a beber tendríamos que organizar actividades.
El reto de reunir a toda la familia
Al inicio fuimos realista sobre la cantidad mínima de invitados con mi hermana, quedamos que con 10 personas era suficiente para la fiesta, no importaría si la casa de campo nos iba a quedar grande. Al reservar la casa de campo me di cuenta que la fecha de cumpleaños iba a ser domingo entonces íbamos a celebrar el mismo día, esto fue el primer augurio de suerte. El siguiente paso era invitar, tengo que aceptar que tengo poco contacto con mis primos entonces tuve que robar la lista de números de WhatsApp del celular de mi mamá. Sorprendentemente cada llamada que hacía terminaba con su confirmación. El mínimo de 10 personas ya lo habíamos superado en la segunda llamada. Incluso la fecha concordaba con los familiares más ocupados y que viven lejos, ocurrió coincidencias como con una prima de Chile iba a estar en la ciudad, un primo que es policía pudo encontrar un reemplazo en su guardia para asistir, unos primos de Argentina llegaron sin avisar unos días antes para visitar a la familia después de 5 años, otros primos que son bailarines tenían entrada folklórica una semana antes y una después del evento, justo ese día estaban libres.
Un día antes de la fiesta tenía que confirmar la cantidad de platos que se iba a preparar y comencé a enumerar los asistentes, no me lo podía creer, iban a ser 50 familiares, 50 platos y 50 asientos.
El reto de organizar actividades para todos

Estas fueron las actividades que organicé junto con mi hermana, compramos premios, cintas de colores, globos de helio, todo para una piñata solo que no solo los niños iban a participar. Dato curioso: fui al mercado a comprar dos ula-ulas, tuve que caminar y tomar el transporte público con los ula-ulas en la mano, era la envidia de cada niño que me veía, señalaban y querian tenerlos, me dió mucha risa.
En el día del evento, a las 11 am comenzaron a llegar los autos como si fuera una caravana, auto tras auto, me sentía nerviosa porque a muchos no los conocía y no sabía si estaban dispuestos a cooperar con las actividades. Tome el micrófono y salude desde lejos para que puedan llegar, había primos que no conocían ni a la cumpleañera entonces comencé a presentarme y presentar a mi mamá, pase el micrófono a cada uno de ellos para que se presenten. Mientras observaba a cada uno pensaba que íbamos a tener al menos unos 4 niños menores de 10 años pero fueron 8, hasta tenía una mellizas como sobrinas.
La casa de campo estaba reservada para todo el día, a las 4 pm después del campeonato de Voleibol ya me había quedado sin ideas de actividades y mi tío de 60 años se dió cuenta y comenzó a organizar pelota quemada, yo pensaba que alguna persona mayor podría salir lastimada pero me equivoque, los mayores eran los mejores jugadores, tenían sus técnicas para lanzar el balón y esquivarlo, no había recordado que una vez eran jóvenes y no existía la tecnología entonces pasaban tarde enteras jugando pelota quemada.
Nota mental: proponer a la siguiente juegos de antaño para incluir a todos.
El reto de conseguir un pastel para 50 personas
Este es el momento donde debo destacar el apoyo de los invitados, tuvieron la iniciativa e insistencia de llevar algo a la fiesta. Había días previos que me llamaban preguntando que podían llevar, que faltaba, en que podían ayudar. Pensaba que yo podía cubrir los gastos, entonces les dije que no se preocupen, mi falta de experiencia de organizar y considerar que hice el conteo de participantes dos días antes me hizo fallar, no podía pagar 50 almuerzos, snacks, refresco y pastel para todos. Dos días antes los volví a llamar para pedirles ayuda y comenzamos a delegar. Tengo que contarte y con orgullo te digo que hice una buena gestión de delegar porque tenía planeado llevar dos pasteles y en la mesa llegaron 5, no faltó ni sobró pastel.
Regalar tiempo de calidad
Creo que se celebra a las personas en vida y que el mejor regalo es el tiempo de calidad y lo logré con mis papás. Considero que todos van a recordar ese día con mucho amor y alegría, siento que cumplí como hija y miembro jóven de una gran familia.
Comencé una tradición
El acto final de una celebración paceña es bailar la cueca, el primer baile fueron mis papás, el siguiente fue con nosotras, las hijas, y todos se unen cuando comienza a sonar el Huayño para armar una ronda grande donde todos se agarran de las manos. Al terminar una tía tomó el micrófono agradeciendo que se haya logrado reunir a la mayoría de la familia y propuso que yo debía escoger a otro primo para que asuma la responsabilidad de organizar el siguiente encuentro, lo hice, así comencé una tradición. Ahora la nueva responsable coordinará y convocará para la siguiente fiesta, al final de la celebración se bailará la cueca con el siguiente primo que tome la batuta de organizar, tal y como fuera un preste.
En blogs anteriores me cuestioné sobre tradiciones que tenía y ese día sin querer había creado una, un reencuentro familiar.
Todo encajó a la perfección
Escribo este blog con tanto orgullo y agradecimiento por ese día, agradezco a Juanjo por inspirarme a organizar la fiesta, a mi hermana por organizarlo conmigo. Tengo que insistir que esa fecha fue ideal porque una semana antes al menos 10 personas no iban a poder asistir y una semana después había entrada folklórica donde varios familiares iban a bailar. En fin, el mundo confabulo para que mi mamá haya tenido la mejor fiesta de cumpleaños.